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Botella al Mar

Una bitácora en español sobre diversos temas de actualidad y cultura. Una botella lanzada a la inmensidad de la Red.

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miércoles, octubre 07, 2009

La ciencia española no necesita tijeras

Recupero el blog, después de dos años de inactividad, para sumarme a la iniciativa "La ciencia española no necesita tijeras", surgida a raíz del reciente anuncio del gobierno Zapatero de que el presupuesto de I+D+i se verá reducido en alrededor de un 15% (en algunas áreas los recortes son mucho más profundos que en otros) como consecuencia de la crisis económica que vivimos.

España ha estado siempre a la cola de la investigación científica del mundo desarrollado, con la única excepción del siglo milagroso de los descubrimientos geográficos. Nuestra herencia tridentina pesó como una losa sobre la ciencia, ahogando su desarrollo desde la cuna. Es bien sabido que la libertad es una condición esencial de la investigación; atada a la ortodoxia, España se negó a sí misma esa libertad. Por supuesto que hubo algunos destellos (pienso sobre todo en la minería, tan importante para la economía del Imperio), pero comparada con nuestros ilustres vecinos, el resultado a lo largo de tres siglos es más bien magro. Sólo en el siglo XX, algunos investigadores (especialmente Ramón y Cajal) se abrieron paso por sí solos en el desolador panorama de la ciencia española.

Fue posiblemente el despecho de constatar esta triste situación lo que llevó a Unamuno a su desafortunada frase, tan parecida a la fábula de la zorra y las uvas: "¡Qué inventen ellos!".

Cuarenta años de franquismo, con sus purgas de las mejores inteligencias académicas de España, con sus exilios de grandes promesas, su censura y su espíritu cateto, anclado en los Reyes Católicos, no ayudaron precisamente a dar un impulso a la ciencia.

Pero después de esa larga noche, poco a poco, contra la incomprensión e indiferencia de los poderes y la opinión pública, la ciencia española ha intentado escapar de este marasmo.

Por desgracia, el gobierno Zapatero ha decidido suscribir la frase de Unamuno. Al tiempo que supersticiones y mitologías -o mejor dicho, una mitología religiosa particular- reciben generosas subvenciones, la ciencia española tendrá que esperar. Y esto en un gobierno que asegura que la única forma de salir de la crisis es dejar atrás el modelo económico caduco basado en el turismo y el pelotazo inmobilario, creando una cultura de innovación. En ello tiene razón el gobierno: ningún país puede aspirar a ser alguien en la comunidad internacional si no fomenta la investigación. Es por ello que es doblemente grave que no se actúe en consecuencia.

Señor Zapatero: si quiere ahorrar en algo, le pido como ciudadano que lo haga en áreas que no sólo no son útiles socialmente, sino que son de todo punto perniciosas. Suspenda las subvenciones a la Iglesia Católica, incluyendo la clase de religión en las escuelas públicas, y dedique ese dinero a la investigación científica. A ver si empezamos a inventar algo más que el capirote y los sambenitos. Las generaciones futuras se lo agradecerán.