Veinticinco años
Veinticinco años pueden ser muchas cosas. Pueden ser un número, o varios. Pueden ser setecientos ochenta y nueve millones de segundos, poco más o menos, o un suspiro, porque el tiempo tiene esa maldita manía de volverse minúsculo detrás de nosotros. Pueden ser una vida, una nada o el tiempo que le lleva envejecer a una generación irremediablemente tonta y por ello entrañable, al menos para los que pertenecemos a ella de una forma u otra. Veinticinco años, hoy, es para mí la encarnación misma del tiempo. El tiempo que dejás atrás, marcado en su inicio por un hito inolvidable. Lágrimas entonces, desconsoladas, secretas, porque nadie me vio llorarlas. Lágrimas hoy, iguales, increíblemente, como si hubiese sido ayer. No es posible que el dolor resurja tan vivo... o tal vez sí, porque no llora uno tanto por los que se fueron, sino por sí mismo. Lloramos lo que perdimos de forma irrevocable, lo que fuimos y no somos ya, los jirones de sueños dejados en las esquinas, los momentos felices y los instantes amargos, lloramos porque nos estamos haciendo viejos y la vida, decía él, es lo que te pasa cuando estás ocupado haciendo otros planes... ¡Y tenía tanta razón!
Podría decir muchas cosas sobre el fin de la inocencia, sobre el descubrimiento de un mundo mucho más frío de lo que imaginaba, sobre la orfandad en que él nos dejó, sobre lo que significa acumular en arcones casi ochocientos millones de segundos con el vago terror de no haberlos vivido del todo como quería. Pero todo serían tópicos. Dejemos pues fluir un poco la nostalgia, sin palabras, con un pequeño ritual de homenaje, recuerdo y agradecimiento.
And so my friends, we will just have to carry on.
John Lennon (9 de octubre de 1940- 8 de diciembre de 1980)
Podría decir muchas cosas sobre el fin de la inocencia, sobre el descubrimiento de un mundo mucho más frío de lo que imaginaba, sobre la orfandad en que él nos dejó, sobre lo que significa acumular en arcones casi ochocientos millones de segundos con el vago terror de no haberlos vivido del todo como quería. Pero todo serían tópicos. Dejemos pues fluir un poco la nostalgia, sin palabras, con un pequeño ritual de homenaje, recuerdo y agradecimiento.
And so my friends, we will just have to carry on.
John Lennon (9 de octubre de 1940- 8 de diciembre de 1980)
4 Comments:
De alguna manera, tu pérdida fue mayor que la mía: en mi caso, es un hecho objetivo -como mi dedicatoria, que resulta fría al lado de la tuya-; en el tuyo, está llena de intrahistoria y de recuerdos; tú conoces lo de antes, durante y después. Yo sólo conozco la vida sin él (aunque, afortunadamente, contigo). Que sepas que posts como éste me cuelan más por ti. Y que es estupendo que compartamos esta triste efeméride con SU música, que es la banda sonora de nuestras vidas.
Es complicado juzgar la figura de nadie con ecuanimidad cuando ha sido un referente destacado para tantos. Además, la muerte en éste caso mitifica y convierte en un héroe de leyenda, un bardo genial.
Yo lo prefiero como ser de carne y hueso, con sus claroscuros, sus aciertos y sus errores. Los santos, para la iglesia.
Luis, vuelva usted jodío, que le echamos de menos...
Un placer leer esta bitácora.
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